Los antiguos dueños de este perro le arrebataron su libertad, pero nunca pudieron quitarle su voluntad de vivir.
A pesar del abandono extremo que tuvo que soportar, la peluda bola de pelo confió su vida a los rescatistas y luchó por ella.
Hoy, ella no se reconoce a sí misma.
Los miembros del refugio quedaron desconsolados cuando conocieron por primera vez a una cachorra llamada Esperanza.
El pobre animal tuvo que vivir en una jaula durante varios meses y luchar por sobrevivir.
Ahora, rodeada de amor y cuidado, ella es completamente diferente.
La mayor parte de su vida ha sido pasada en confinamiento.
De hecho, su espalda está encorvada como si hubiera vivido en un espacio muy estrecho.
Sus huesos se pueden ver a través de su pelaje marrón y blanco.
También sufre de deshidratación severa.
Después de meses de maltrato, los dueños la abandonaron cerca de un vecindario.
Afortunadamente, finalmente una persona compasiva notó su jaula y se puso en contacto con los servicios de rescate.
Ellos la cuidaron y le dieron primeros auxilios.
A pesar de su grave estado, Esperanza sigue siendo cariñosa y amigable.
Como si supiera que ahora está a salvo, ella se resiste con fuerza. Los buenos corazones la pusieron en una dieta especial y usaron diversos tratamientos para ayudarla a recuperarse.
La bondad de ellos combinada con la determinación del perro ha dado resultados.
El perro está cambiando gradualmente ante sus ojos.
Un verdadero milagro está sucediendo justo frente a ellos.
Y porque la alegría nunca viene sola, Esperanza fue rápidamente adoptada, recuperando su fuerza.
Ahora su vida está llena de nada más que amor y felicidad.