Un poco de compasión y bondad era todo lo que anhelaba un adorable cachorro herido mientras reposaba al costado de la carretera.
Con ojos suplicantes, continuaba observando a las personas que pasaban junto a él.
El valiente bebé peludo soportaba el dolor y necesitaba ayuda desesperadamente después de ser golpeado por un automóvil. A pesar de ser ignorado, el corazón del cachorro brillaba de esperanza cada vez que veía a alguien acercarse.
El triste canino seguía esperando que alguien se fijara en él y acudiera en su ayuda. Necesitaba ayuda y amor más que nunca.
Los rescatistas de perros que transitaban por la concurrida carretera vieron al cachorro al costado de la misma. La gente de gran corazón detuvo inmediatamente su auto y se acercó al cachorro.
Se les rompió el corazón al ver que la pata del cachorro estaba herida. El equipo de rescate supuso que estaba rota.
Se preguntaron cuántas personas ignoraron al adorable cachorro que necesitaba ayuda.
El perro, más tarde llamado Sejo, sintió un alivio inmediato en el momento en que vio a los rescatistas acercándose a él. Los miró como si quisiera pedirles que lo ayudaran.
Los amables humanos acariciaron a Sejo, deseando consolarlo. Le hicieron saber que ya no estaba solo.
Los rescatistas lo levantaron suavemente en brazos, lo colocaron en su automóvil y lo llevaron rápidamente al veterinario.
Sejo recibió la atención médica necesaria.
Sus amigos humanos sostuvieron su cabeza entre sus manos mientras el veterinario limpiaba sus heridas. El cachorro era muy valiente. Estaba extremadamente tranquilo y dejó que el equipo veterinario lo cuidara.
Se estimaba que el bebé peludo tenía cuatro meses.
Uno de sus rescatistas lo llevó a casa. Sejo se sintió seguro y cómodo. Gracias a la medicación que le dio el veterinario, no sintió dolor.
El amable hombre observó a Sejo mientras dormía. Prometió cuidarlo.
Al día siguiente, el salvador de Sejo lo llevó al veterinario para tomarle una radiografía. Como se pensaba inicialmente, la pata del cachorro estaba rota y el veterinario le puso un yeso.
El canino se recupera por completo.
Sejo no necesitó cirugía y sus rescatistas continuaron cuidándolo. Le brindaron mucho amor. Sejo se sintió amado.
Al cachorrito le encantaba salir a pasear y empezó a mover la cola.
Con el tiempo, la pierna de Sejo comenzó a sanar. Se sintió mucho mejor y su rostro se iluminó con una hermosa sonrisa.
Los rescatistas de Sejo disfrutaron viéndolo feliz.
Un par de meses después, el encantador cachorrito peludo se recuperó por completo. Finalmente pudo correr y disfrutar de su infancia.
Aunque no está claro si Sejo encontró su hogar definitivo, estamos seguros de que un adorable cachorro como él tuvo su merecido final feliz.
Muchas gracias a los rescatistas de gran corazón por salvar a Sejo y por hacerlo sonreír.