Una llamada de auxilio nos alertó sobre la situación desgarradora de una perrita madre y sus recién nacidos en un refugio. Mimi, la madre, había sido rescatada de las calles, llevada al refugio sin perder a ninguno de sus cachorros, pero la vida de estos pequeños estaba en peligro.
Los cachorros, aún más pequeños que la palma de una mano, corrían riesgo de vida. Aunque se necesitaron más de un mes y medio para que crecieran fuertes y fueran adoptados, el entorno del refugio presentaba numerosos peligros, y se anhelaba un traslado seguro para ellos.
Los ojos de Mimi, la madre, reflejaban tristeza y parecían suplicar: “Por favor, cuiden de mis pequeños”. El día 3 marcó un giro en la historia; madre e hijos fueron trasladados al hospital para recibir atención médica.
La realidad fue impactante: tanto Mimi como sus cachorros estaban infectados de gusanos y pulgas. La alegría de Mimi al ser tratada era evidente en sus lágrimas, sus ojos llenos de insectos ahora resplandecían de felicidad. Mimi, con solo 3 años y 4.1 kg, estaba siendo atendida, pero el proceso aún no terminaba.
Días después, los cachorros empezaron a caminar por sí mismos, mostrando signos de vitalidad. Cada día era un paso más hacia la recuperación. Mimi, después de recibir tratamientos para gusanos del corazón y problemas de piel, demostraba ser una madre ejemplar.
El día 23 marcó un hito: los cachorros fueron vacunados por primera vez. Todos estaban saludables y en rápido desarrollo. Con el tiempo, Mimi y sus cachorros jugaron juntos en el salón, evidenciando la buena salud y felicidad de la familia.
Finalmente, llegó el día de la adopción. Todos los cachorros, ahora fuertes, adorables y felices, estaban listos para encontrar nuevos hogares. Mimi, una vez abandonada, encontró la felicidad eterna a nuestro lado.
Agradecemos a todos los que apoyaron esta conmovedora historia. ¡Mimi y sus cachorros ahora tienen una segunda oportunidad en la vida, gracias a su generosidad!