Un hombre amable encontró a una perra tendida en el costado de la carretera, cubierta de sangre, casi inconsciente junto a las luces rotas de un automóvil.
La perra madre había sido golpeada por un coche. Su pata delantera estaba rota. No podía moverse. Arrastraba su hocico contra el suelo.
Tenía 6 cachorros pequeños que acababan de nacer. Lloraba mucho y gimió todo el camino. Lamió a los cachorros y no podía parar. La llamamos Ardilla.
Necesitaba ser llevada de urgencia a la clínica para una cirugía urgente, sin ayuda podría perder sus patas delanteras. El examen comenzó, el médico suspiró profundamente: la herida en el pie estaba pudriéndose.
El pie herido casi no era sensible. Se programó una operación. Lucharemos, no nos rendiremos.
La perra fue operada. Hoy Ardilla se está recuperando de la cirugía y mañana comenzaremos el entrenamiento.
Todo está bien, Ardilla se está recuperando bien. Sus cachorros crecen cada día.
Tienen un hogar nuevo seguro y feliz.