Las células de un mamut lanudo que murió hace 28.000 años han mostrado signos de actividad después de ser implantadas en ratones.
Los núcleos fueron extraídos de la médula ósea y del tejido muscular de un espécimen bien conservado descubierto en el permafrost siberiano en 2011, llamado Yuka.
Este es un componente clave de la vida y cinco de las varias docenas de huevos de ratón implantados exhibieron este comportamiento.
Sin embargo, ninguno produjo la división celular real necesaria para el renacimiento de un mamut.
Las células de un mamut lanudo que murió hace 28.000 años han mostrado signos de actividad tras ser implantadas en ratones. Los núcleos se extrajeron de un ejemplar bien conservado descubierto en el permafrost siberiano en 2011
Kei Miyamoto, miembro del equipo de la Universidad Kindai, en el oeste de Japón, que realizó el experimento, dijo a la AFP: “Esto sugiere que, a pesar de los años que han pasado, la actividad celular aún puede ocurrir y partes de ella pueden recrearse”.
‘Hasta ahora, muchos estudios se han centrado en analizar el ADN fósil y no en si todavía funcionan.’
Las técnicas de secuenciación del genoma completo confirmaron que las muestras de tejido extraídas de Yuka eran genuinas y viables para el experimento.
Los núcleos fueron capaces de crear estructuras celulares que a menudo son un precursor de la división celular.
Los investigadores advirtieron que la investigación aún no ofrece muchas esperanzas de una resurrección al estilo Jurassic Park de especies extintas hace mucho tiempo.
“También hemos aprendido que el daño a las células fue muy profundo”, dijo.
“Todavía no hemos visto divisiones celulares. Debo decir que estamos muy lejos de recrear un mamut”.
El cadáver congelado de un mamut hembra expuesto en Yokohama hace unos años. Se observaron reacciones biológicas esenciales necesarias para que se produzca la división celular, pero ninguna produjo la división celular real necesaria para el renacimiento del mamut.
La universidad ha trabajado con otros institutos japoneses y rusos para estudiar y posiblemente clonar el mamut.
También planea estudiar métodos alternativos para devolver la vida al gigante prehistórico.
“Necesitamos nueva tecnología, queremos probar distintos enfoques”, afirmó el Dr. Miyamoto.
En el artículo, publicado en la revista Scientific Reports, se lee: ‘Nuestro trabajo proporciona una plataforma para evaluar las actividades biológicas de los núcleos en especies animales extintas.
‘Las especies antiguas contienen información invaluable sobre la base genética de la evolución adaptativa y los factores relacionados con la extinción’.