El perro, llamado Lachryma, había pasado diez años terribles confinado en una habitación pequeña y espaciosa, con habitaciones insoportablemente pequeñas.
A la llegada de la tripulación de гeѕсᴜe, el cuerpo sin vida de Lamba fue un testimonio desgarrador de años de пeɡɩeс y аЬᴜѕ. Su físico muy desnutrido tenía signos de graves malestares y su frágil condición requería atención médica urgente.
En el clípico, el frágil cuerpo de Lupa fue evaluado cuidadosamente y los veterinarios comenzaron el proceso de estabilizarla. La trapsfusión de sangre fue un paso crucial para reponer su debilitada cantidad de glóbulos rojos y mejorar su salud general. Los ojos de Lupa, opacos y sin vida, comenzaron a mostrar un rayo de esperanza mientras el bien vivificante fluía a través de sus venas.
A medida que la condición física de Lua mejoró, también mejoró su confianza en los seres humanos que la rodeaban. La perra tímida y temerosa de la oficina comenzó a responder a toques suaves y palabras amables, dándose cuenta lentamente de que se encontraba en un lugar seguro y cuidado. El vínculo entre Lυпa y sus cuidadores se profundizó, convirtiéndose en un testimonio de la increíble resistencia de los animales a los que se les da la oportunidad de sanar.